viernes, 4 de enero de 2013

Ya había sido suficiente; algo se había quebrado en ella hacía 6 años , siendo ella una infante de apenas 10 años. Nunca supo cómo empezó a imaginar su cuello regordete estrujado por sus manos, sus ojos inexpresivos, su boca trémula aun por el último respiro de vida... Aun ahí, como la tormenta negra que siempre fue. Siempre lo soñaba, lo deseaba con tantas ganas, ávida por las funestas imágenes que ésto conllevaría pero pero.... No había remordimiento, no los había .... Ni por la cara de estupor que expresaba su madre ni su padre.. Ella quería matarla y lo hizo una y mil veces, pero ella no se iba

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