lunes, 7 de enero de 2013

Recaída de principios de enero.

Hoy me hicieron una pregunta , y qué acertada fue. Me preguntaron qué era más fácil, olvidar o perdonar? Respuesta difícil, porque ambas casi siempre suelen ir de la mano. Yo te perdone, te perdone porque te amé, te amo y te amaré. Pero siento una clase de remordimiento dulce que me hacen sentir un mundo de sensaciones y eso me hace feliz. Olvidarte? A menos que me borren la memoria de ahora hasta año y medio atrás , no veo que cómo va a suceder. Es cierto, tu recuerdo se hará viejo y con cada evocación se irá perdiendo en el limbo de imágenes intrascendentes, pero habrá lugares, personas y olores que me harán renovarlos y revivirlos a todo color, con toda la nitidez que mi imaginación precisa. Y ahí estarás tú, cada vez más lejano, cada día más dentro de mí. Cada día más inasequible. Decidiste marcharte, y me has dejado sola, y yo por más que trato no logro curar ésta herida, que me lacera, me hiere repetirme una y cien veces tus palabras de despedida, y las mías, negándose rotundamente a ti y a tu adiós, a tu drama y reclamos; actué como espejo tuyo. Lamento no haberte dejado conocerme, lamento que amaras sólo el caparazón y la primera capa, y me duele que no llegáramos a conocer el mundo que te construí para perdernos de los demás. Eras mío, pero yo, yo soy tuya.

No hay comentarios:

Publicar un comentario