domingo, 30 de diciembre de 2012

Vagos recuerdos.

Como estúpidos infantes nos detuvimos al vislumbrar desde la lejanía aquellos globos que volaban por el helio, anunciando con ávido recelo el comienzo del año en que ella habría de vivir una vida entera. Ellas reían y se volaban con la idea de modificar su voz inhalando aquellos globos, de buscar la simplicidad de las risas a tan corto alcance, y desenbolsaron sus ahorros en afianzarse tal diversión. Ella las siguió, se sentía avergonzada con Teresa, después de todo, ella era un niña linda que le había brindado su superficial amistad, y que ahora, no podría ver a la cara sin pensar que era un cínica descarada. Se resigno a olvidar, y empezó a divertirse a su lado. Ella no recuerda cómo el llegó a acompañarlas, pero la tensión era asfixiante en sobremanera, después de todo, le profesaba un profundo miedo, admiración y rencor. Rieron mucho aquel día de enero...

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