viernes, 21 de diciembre de 2012

Una nueva etapa.

Salió de aquella casa llena de júbilo y confusión, llegó decidida a olvidar y seguir, y digamos que lo hizo tan bien que inclusive olvidó lo que venía a olvidar. Siguió por la gran cuadra, siguió como si sus pies la reconocieran, empezó a creer que tal vez estuvo ahí en sus sueños, pero eso ya no importaba; de pronto había despertado del sopor que la había estado limitando; el peso en su pecho se esfumó así como sus recuerdos.                            El día era cálido para tratarse de invierno, la vida le prometía todo y ella simplemente volvió a nacer, se ajustó a su memoria selectiva, una forma bien diseñada para evitar rezagos, tristezas o ilusiones infundadas. Todo aquello dejaría los vestigios de lo que fue un pensamiento constante, trayéndole únicamente la alegría que se tiene al despertar de un sueño con una historia trágica pero sublime, como toda historia de amor debería de ser, pero ella ignoraría por completo la veracidad de este sueño recurrente y se aferraría a la esperanza de cada mañana, que cada amanecer traería consigo, la promesa de una aventura digna de ser contada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario