viernes, 14 de diciembre de 2012

Pensando en el metro.

Hay momentos en los que me encantaría morir. Sí, y esa instantánea idea es hermosa; sentirme morir de gozo, de júbilo, sumergida en imágenes, llena de FlashBacks; de olores y sensaciones. Sabiendo muy bien que si muriera en ése único y aterrador instante no habría remordimientos puesto que mi vida ha sido mía y no la he privado de nada. Por éso no me arrepiento de haberme adelantado en ciertas situaciones, ni de haber adquirido vicios. No puedo arrepentirme, no quiero y no debo. Toda la melancolía que me embarga a cada instante es mía, es deliciosa, es ....
Mira el cielo, ¿ No te hace querer llorar? Diáfano y azul, conecta vidas, ¿sabes? Si todos miráramos la inmensidad de éste de vez en vez, ¿No sería más fácil creer que la vida tiene cosas simples y hermosas, y que están ahí, al alcance de nuestros ojos, ofreciéndonos paz y quietud a cambio de nada? ¿No es hermosa esa complicidad que tenemos con el cielo? Siempre estamos bajo él, bajo lo desconocido y conocido, bajo algo que nos fue dado y que siempre lo olvidamos, pero el siempre nos ve, siempre, ¿No es eso hermoso? ¿No es éso como pensamos que debe ser amor?

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