Qué día, Dios, qué día!
Ayer fui a una fiesta, hace mucho que no lo hacía. La verdad, no soy de ésas personas que van a fiestas. Casi siempre me sentía muy incómoda, pero ayer fue diferente, puede que sea porque él estuvo conmigo.
Sin duda, lo que me gustó más de la fiesta fue beber, más que nada porque empiezo a actuar con soltura, no como me gustaría, pero actúo sin pena.
Un tanto peda, estuve bailando cómo un tronco! y de "atascada con él" . Fue muy divertido (salvo por las fotos que tomaron, donde salgo de la ñonga).
Lo que termino de hacer mi día increíble fueron sus palabras. De camino a casa de Alonso, Jaime, me venía diciendo que debería de considerar que tengo aptitud para área 4, por qué? dice que le gusta como escribo.
que soy más honesta, que me proyecto, y que con haber leído 3 notas mías, le bastaba para justificar lo que estaba diciendo. Con los estragos de aquella plática, continúo el día.
De regreso volvió a abordar el tema. Por cada una de sus palabras me embelesé, me perdí. No sé si las decía en serio, o si las decía con sorna. Pero que él, que sin duda, es un magnífico escritor, me haya dicho eso fue, simplemente extraordinario.
Me entusiasma la idea, pero la verdad,tendría que ser sublime, tendría que dejarme llevar por una clase de brisa, corresponderle al mundo y, conocer la levedad de las palabras, para poder dejar mi huella en el mundo, para poder realizar una novela, un poema que trascendiera. Pero las oportunidades de que todo esto suceda son casi nulas, es probable que fracase y termine conformándome con una vida lejos de todo lo que he soñado, simplemente por eso, me rehúso a esa carrera. De otro modo, no podría realizar muchos de mis más grandes anhelos; conocer el mundo, cultivarme, y cada día, vivir con la más hermosa incertidumbre; que el mundo me sorprenda y me platique de él. Enamorarme.
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