jueves, 25 de abril de 2013

Soluciones.

Nunca me sentí más humillada. Se me fueron las ganas hasta de ahogar mis penas. Se me fueron.
Es tiempo de aceptar que lo más inútil es quejarse y no canalizar el miedo.
Miedo siempre va a haber, en situaciones extraordinarias el doble esfuerzo es necesario, y no bajo medios alternos, son cosas que deben de hacerse por voluntad. Hace diez años hubiera muerto de desesperación al ver mi situación actual, no comprendería cómo fue que llegué a esto. Pero no es tiempo de analizar el porqué, sino de hallar una solución. Y tampoco dar rodeos hallándola, sino ponerla en marcha desde ayer. No más.

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