Por eso accedí a adelantar la peda unos días antes. Empezaron las añoranza : "¿Recuerdas todo lo que se habló estando ahí? La verdad, yo no, sólo recuerdo que estando tumbados en esa esquina nos divertimos, platicamos, reímos y por supuesto histrionizamos. Ahí íbamos a resolver nuestros problemas. Y los dos, secretamente apreciábamos la existencia de ése árbol torcido que se encuentra enfrente, que de alguna forma nos protegía de los chismosos."
Me pone melancólica. Me gusta mucho estar ahí, siento que hasta lo más inmoral del mundo, haciéndolo ahí, le da un aire de purificación inexplicable. Ya es un año, y mis manos ya soltaron las tuyas, para iniciar a hacer el ademán de despedida..... ya casi salgo del hoyo.
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